sábado, 5 de noviembre de 2016

Mi vida por Aiur (Análisis de "StarCraft II: Legacy of the Void")

La batalla final ha llegado, la raza Protoss lidera esta última cruzada para salvar la galaxia del ser oscuro, Amon. 
“StarCraft II: Legacy of the Void”, cierra una aventura que comenzó hace 17 años con el primer “StarCraft” y lo hace de la mejor manera posible. 
Sin duda estamos ante el mejor juego de estrategia de la última década, incluso de la historia. Posee una historia magnífica y un multijugador sobresaliente, no tiene ningún punto negativo (al menos que yo haya podido observar). Pero centrándonos en la historia debo destacar que llevaba años esperando esta entrega Protoss (desde que se anunció “Heart of the Swarm”) y sinceramente, la espera ha merecido la pena. 
Se nos presenta una campaña impresionante de principio a fin, pues nada más empezar el juego ya es capaz de emocionarte, y al acabar te emociona de la misma manera. 
Es sinónimo de un buen juego aquel que te emocione desde el principio y que, al acabarlo, te deje con una sensación de vacío, pues.. ¿qué harás ahora que te lo has pasado? Blizzard lleva años dándonos esperanzas e ilusiones sobre esta entrega. Por suerte, ninguna esperanza ha terminado en desesperación (aunque algunos han acabado muertos de la espera que comenzó con la entrega "Wings of Liberty").

Esta entrega es, sin duda alguna, la más completa. Comenzando con un prólogo corto pero intenso, que te introduce a la nueva campaña Protoss. Son unas meras misiones introductorias que nos sitúan en el contexto en el que se librará esta batalla final. Además, "Legacy of the Void" cuenta con un epilogo añadido que cierra de manera sobresaliente la historia que comenzamos hace tanto años. Decimos adiós a muchos personajes que hemos querido y admirado: James Raynor, Sarah Kerrigan, Zeratul, Artanis… Pero no nos despedimos de una manera frustrante (como sucedió en otros juegos , véase el ejemplo Mass Effect 3), sino que deja una carta de despedida  que se recordará por todo lo alto. Realmente debemos apreciar el trabajo de Blizzard a la hora de cerrar esta historia, pues para nada ha sido una tarea sencilla. 
La campaña posee las mismas dinámicas que vimos en las entregas anteriores de “Wings of Liberty” y “Heart Of The Swarm”. Pero este aspecto no es nada negativo, de hecho es positivo, pues si una dinámica funciona a la perfección lo más inteligente es seguirla (claramente añadiendo algunas innovaciones para no pecar de monótono o repetitivo). 
El esquema de entablar conversaciones con los aliados es el mismo de siempre, dato que nos permite saber más sobre la cultura Protoss y su historia respecto a su división interna. Además de que, si queremos una inmersión total en el juego, las interacciones serán obligatorias con los personajes que se nos presenten a lo largo de la aventura.

Destaca también la poderosa “Lanza de Adún”, una nave Protoss sin igual, superior al “Hyperion” de Raynor o la querida nave Zerg de Kerrigan. Dicha nave posee unas funciones que nos resultarán de lo más atractivas y útiles para todas y cada una de las misiones (la querida Lanza es muy necesaria en esta aventura). No obstante, también cabe destacar el “Consejo de Guerra”, dónde podemos personalizar nuestras tropas y que nos resultará de gran utilidad conforme vayamos avanzando en la historia.  
“Legacy of the Void” no deja ningún cabo suelto en la historia y, además, añade nuevas unidades al modo multijugador, aspecto que cambiará cada una de las estrategias que teníamos y creará muchas otras nuevas. Cada una de las misiones de la campaña es entretenida, apasionante y que no peca de ser repetitiva aunque en realidad hagamos lo mismo una y otra vez (lo típico de los juegos de estrategia). 
Blizzard, además de una nueva historia, nos presenta nuevos modos de juego, cómo el modo “arconte”, “los torneos sin restricciones” o “las misiones cooperativas”. Modos que añaden más innovación a esta entrega. Además de, como he mencionado con anterioridad, la incorporación de nuevas unidades (véase la adepta, el merodeador, el asolador o el ciclón, por ejemplo). 
Su faceta multijugador define el espíritu de las grandes partidas multitudinarias, adictivo, y que nos brinda infinitas horas de diversión y de constantes quebraderos de cabeza a la hora de realizar estrategias. Su apartado grafico es magnífico, personalizable como siempre y tan espectacular como al principio. 
En el apartado sonoro noto una notable mejora comparada con su anterior entrega “Heart of the Swarm” (quizás porque la banda sonora de este juego no me conquistó cómo lo hizo “Wings of Liberty”). Cada una de las canciones está impresionantemente bien compuesta, son realmente épicas. Incluso calificando a “StarCraft II: Legacy of the Void” con una nota sobresaliente de 10… y siento que no puedo justificar con esta nota a una saga tan magnífica que me ha hecho disfrutar de incontables hora de diversión. 
Pero debo destacar no sólo esta entrega, sino la propia trilogía que ha hecho Blizzard; cada entrega siendo sobresaliente e incluso ha ido superando a su predecesora. 
Cada momento de la campaña, cada canción, cada movimiento, cada diálogo, cada cinemática…es perfecta, es un juego perfecto


Blizzard ha hecho bien su trabajo y despide esta magnífica saga con esta impresionante entrega (aunque me da bastante lástima el decir adiós, todo sea dicho). 
En lo personal espero que no se exprima más esta licencia, pues ahora mismo está todo como debe estar, con un increíble punto y final que será recordado por los amantes de este género y de los propios videojuegos. 

“Juntos forjaremos nuestro destino entre las estrellas”

Nota final: 10

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